Era un espeto, atravesado,
levemente chamuscado
por la guasa del amor,
y así llegué hasta esta orilla,
me encontré una jurelilla
tostaíta por el sol,
que me quitó
la sal de mis heridas
y la caña mal partida
del medio del corazón,
pero un bonito del norte
del roqueo se la llevó.
Me aproveché de la corriente
para salir aleteando
de las redes del dolor
que lo del mar lleno de peces
puede funcionar a veces,
me lo dijo un boquerón.
Que yo no quiero acabar como morralla
escabechado contigo en cualquier lata
esto debe ser un sueño, debe ser un
sueño del tirón…
Uuuuuuh… ahora que el mundo da
vueltas,
no sé qué hacer,
junto a la orilla duermo siempre
esperándote.
He despertado aquí en la arena
más solo que la una
y eran ya más de las dos
anoche me fui a ahogar mis penas
y a las tres vino un tsunami,
me cogió y me revolcó.
Cuatro esquinitas tiene mi cama
y yo aquí tirao’ en la playa
con un quinto sin alcohol
y seis raspitas de sardina
tan jodías como yo
Uuuuuuh… ahora que el mundo da
vueltas,
ponme un café,
junto a la orilla duermo siempre
esperándote.