Toñi, nunca ha visto un ovni,
pero de pequeña se comió unos
monguis,
quiso ser como la hiedra y abrazarse,
pero el árbol fue y se le escapó…
Pena, que le dio a la nena,
no comió la cena y se hizo un tatuaje,
quiso ser como la ortiga y no tener
amigas,
y al final lo consiguió…
Toñi ya creció y ahora le llaman la frutera,
habla con las peras desde que perdió
el melón.
En su garaje, montó una frutería, (qué alegría)
lanzaba conjuros o vendía sandías,
pero la envidia es muy mala,
y hasta el dulce amarga.
Según el artículo 14 (barra trece)
a esta señorita nadie la conoce,
ella no tiene abogada y huele a
mermelada,
la podemos embargar…
Viviendo un éxtasis frutal,
feliz cantaba entre arándanos, plátanos,
mangos y nectarinas.
Y la fruta la defendió,
cayó una breva y se estrelló,
con mala uva y la piña fue tan brutal
que se oyó en Granada.
Pero qué más da,
si el coco falla o el melón se va,
si la papaya estalla,
sin saber el porqué,
o sabiéndolo bien.
Y qué más da si el coco falla
o el melón se va,
y si al final ya estamos ¡locos!,
estamos locos… locos…
jajajajaja… jojojojo… jijijiji